Entre la nefasta realidad del camino hacia una adversidad casi segura donde los niñitos son cada vez más niñas (perforando las fronteras porosas de lo que representa un hombre, donde lo que prevalece es la falta de respeto y el dulce sabor a hiel de una carencia de identidad propia) y donde las niñitas son cada vez más niñitos (creando una sustitución del sentido de ser una mujer por el trueque de una prostituta que no utiliza protección) nos encontramos en el sendero donde el quehacer diario se convierte en la supervivencia entre el 'pendejo' (el que quiere hacer las cosas lo mejor posible) y el 'sabio' (la nueva versión del uso de la astucia a cuesta del sentimiento y el pesar del 'pendejo').
-Bienvenido a la vida!!!-
te dirán algunos, secundando dicha frase con una cara de autoelevación y que sin titubear te dicen:
-Y es ahora que te dás cuenta? Hay la pobre, tan inocente!-
Y es en ese preciso instante es cuando el rabia y la angustia sube a la cabeza dejando en el interior rastros de una turbulente guerra enter el autocontrol y la desesperación;
-Si y que!!! algún problema? Y NO CARAJO!!!! no me da la maldita gana de aceptar esa maldita averración...
Me cansé de introducir....
Da rabia y pena ver como el sentido de la vida ha cambiado y como nos hemos insensibilizado ante dicha realidad. Tras un preámbulo de carencia total del positivismo; tratamos cada día de olvidarnos de eso y seguir adelante. Pero, es imposible ignorar el día a día cuando son cosas que te perturban de forma constante.
Entre la angurria extrema de los nuevos 'sabios' que buscan la manera de joderle la existencia al 'pendejo', o mas bién conseguir a travéz de ellos su gloria personal, es inamobile la ignoracia de nuestra realidad ya que, gran parte de nosotros pertenecemos al grupo de los ‘pendejos’. No hace mucho me tuve que enfrentar ante la humillación pública de ser la ‘pendeja’, y creeme que esto apesta!!!. La falta de respeto y consideración hacia la dignidad crea una constate transformación de del 'pendejo' al nuevo 'sabio', llenando cada vez más éste mundo de intentos de ‘sabios’. Pero tras el paso del tiempo uno se da cuenta que ser 'pendejo' es mejor que ser el nuevo 'sabio'...por lo menos se tiene una conciencia tranquila y el legado de que sí es posible (bajo muuucho trabajo, esfuerzo y sacrificio) hacer las cosas bién hechas. Aunque despúes quede sabotedo de la inumerable aparición de las nuevas hanna’s y maría’s, personajes de la historia cuya función se limita a ‘cojer un gutico’ de vez en cuando con el primer intento fallido de ‘hombres sabios’ a cuesta del pisoteo y la contante burla de aquellos que quedaron embarrados en el lodo.
Da lástima saber que después de todo, estos personajes son más bién los mejores casos psiquiátricos en un instituto mental ya que están repletos de de odio y angustia de sus traumas de infancia. Por ende, es mucho más fácil dedicarse a la prostitución de sus orgasmos que enfrentarse al monstruo que los acosa constantemente.
Vivimos en un mundo donde la falta de consideración y respeto al prójimo es la ‘forma ideal’ de tratar a las personas. Es mejor quedarse como buenos 'pendejos', buscando una respuesta del por qué de los actos de nuestros prójimos, que vivir la trasformación del 'pendejo' al nuevo 'sabio' y tener que parecernos más a los glotones, a las hanna’s y las maría’s.